Si una desconocida, de repente...

Algunos recordaréis un anuncio antiguo de un desodorante perfumado para mujer que se llamaba "Impulso". El rollo era un poco como el de Axe, pero para mujeres, y tirando a lo romántico en vez de a lo bestia (lógico).

Pero que nadie se confunda; el mensaje de fondo era el mismo: "Con esto, follas". En realidad ese es el mensaje subliminal del 90% de los anuncios, pero esa es otra conversación.

El "lema" que procuraban hacer pegadizo era:

"Si un desconocido, de repente, te regala flores, eso es Impulso"

Qué bonito, ¿verdad?

Todo esto viene a cuento de algo que recordé el otro día y que pasó hace bastante tiempo, cuando éramos unos chavales. Yo tengo un amigo al que se le acercó una tía razonablemente buenorra en una estación de tren, le agarró despacito y suavemente el paquete por unos momentos (mi amigo creyó que había triunfado porque sí y ya está), y después ella se fue sin más (?).

A la chica nunca la volvió a ver. Bueno; ni a ella ni a las mil pesetas que llevaba en el bolsillo para comprar el billete, el bocata y la coca-cola.

Desde luego mi amigo falló por exceso de ingenuidad en un tema de lo más básico: Un tío NUNCA tiene tanta suerte. Tenía que haber alguna intención no demasiado honrada; esa es una estrategia para despistar como otra cualquiera, pero especialmente diseñada para hombres.

Pero a raíz de aquello aprendió, ya lo creo que aprendió, y no por la pasta sino por la vergüenza de haber sido timado de esa forma tan tonta y además en presencia de varios amigos (el cachondeo cruel y despiadado duró meses).

Desde luego no hay nada como llevarse un palo para aprender una lección, pero si puede evitarse, pues oye, mejor. En prevención, recuérdese este lema:

"Si una desconocida, de repente, te agarra el paquete, eso es que te está robando la pasta"

¿Tomaste nota? Pues eso.


P.D.: Ahora vas y la cascas