Me gustan los coches, pero...

...a veces me da por pensar que el hecho de que en pleno siglo XXI el coche sea el medio de desplazamiento por excelencia es una soberana gilipollez (esto es, por supuesto, pensando muy fríamente, sin tener en cuenta los miles de condicionamientos que de los que esto es producto).

Me gusta conducir, me encantan los coches, pero es algo puramente lúdico. Detesto tener que conducir cada vez que necesito desplazarme (desgraciadamente, dada mi ubicación no puedo contar con el transporte público nunca o casi nunca) en vez de hacerlo cuando me apeteciese darme un paseo por el puro placer de conducir.

Ojalá pudiese aprovechar muchos de esos desplazamientos para hacer algo creativo, más inteligente que sujetar un volante para mantener el coche en la carretera, y eventualmente esquivar ciclomotores o cualquier clase de homínido no evolucionado al volante.

Quiero decir que, por ejemplo, un tren al menos va por raíles, así que en principio no hay que mantenerlo dentro de la vía. En un coche, uno puede girar el volante en cualquier momento y en cualquier dirección, pero... ¡vaya! resulta que solo una de ellas evitará que te mates (tu y quizás más gente), o en el menor de los casos te tengas que despedir de una cantidad indeterminada entre unos 2.000 y 24.000 euros -valga el ejemplo- por arrugar tu precioso coche. ¿No es un poco tonto esto?

Pues no solo eso; es que además hay una velocidad, un ritmo determinado al que avanzar para no comerte al de delante ni que te coma el de atrás, y lo que tienes para manejar esto son unas palancas que has de manejar con los pies, WTF?!

Pues bien; así nos desplazamos a diario, corriendo todo ese peligro y alguno más. Diríase que entre los coches actuales y el de Pedro Picapiedra la única diferencia notable es el motor (y el bendito aire acondicionado, claro).

Sí, lo sé; algunos coches incorporan sensores de proximidad, y se están probando sistemas de control que hipotéticamente podrían conducir un vehículo sin intervención humana. Si no mal recuerdo, tras las pruebas tuvieron que llevar los vehículos a una chatarrería, hum.

Quiero decir, se suponía que esto era el futuro, que los coches volarían, y sobre todo que conducirían ellos solos. Tu te subirías al tuyo y le dirías "Al carrefour de Aljarafe". No tendrías que estar agarrando el volante durante media hora ni pisotear palancas con los pies. Mientras tu coche te lleva, tu abrirías el portátil y te pondrías a ver vídeos porno tu lector de feeds gracias a una enorme red WiFi en modo itinerancia. Eso debería existir YA.

Conducir es como pintar un retrato. Si te gusta, es estupendo hacerlo por placer, pero si vas a renovar el DNI o simplemente quieres un recuerdo de tu visita a Cancún, utilizas una maldita cámara de fotos, que para eso fueron pensadas.

En fin; igual acabamos inventando antes una forma segura de teletransporte humano. Aunque después de ver "La Mosca", creo que seguiré utilizando el coche.