Y lo volvieron a hacer

¿Alguien se imagina una moneda de un euro que no pudiese ser tocada por una cara, porque después podría no servir? (Cual de las caras es irrelevante)

Bien, pues eso es -más o menos- el CD y el DVD.

Antes de que la cadena Blockbuster fuese comprada y desmantelada, yo alquilaba películas ahí -a precio de oro, todo sea dicho.

Si coleccionase huellas digitales, tendría fichados a todos los vecinos del barrio, porque sus huellas estaban perfectamente marcadas en la cara que no se debe tocar de los DVDs.

A veces no eran sólo huellas, sino mucho peor. El lector de DVD escupía el disco diciendo que no lo podía leer de la mierda que tenía. Entonces me iba al baño y lo lavaba con agua y jabón.

Sí; los discos se pueden lavar con agua y jabón, pero hay que tener cuidado de no rayarlos, al igual que las gafas de plástico lente orgánica.

El ya obsoleto disquette iba protegido por una caja que impedía que tocar el disco con los dedos, rayarlo o mancharlo con algo. Incluso conozco a uno al que se le cayó un disquette en un charco, y no pasó nada. Igual de protegidos estaban con los MiniDisc y con otros soportes magneto-ópticos que no han tenido demasiada aceptación.

Ahora es el HD-DVD y el Blu-ray, soportes con tropecientos gigabytes de capacidad, comercializados recientemente… y tan vulnerables e incómodos de manejar como los CDs o la tostada con mantequilla que siempre cae por el lado de ésta.

En fin; nos consolaremos pensando en que los discos de vinilo eran aún peores: No se podían tocar por ninguna de las dos caras.