No desafiarás a la Ley de Murphy

Ayer cometí un tremendo error: Traté de desafiar a la ley de Murphy.

Estaba terminando de poner mantequilla a una tostada a la hora de desayunar, y entonces se me escapó la rebanada de pan. Como todos sabéis, una vez puesta la mantequilla la probabilidad de que la rebanada caiga del lado de aquella es del 100%.

Sabiendo esto, traté de agarrarla en un rápido reflejo, y de hecho la toqué unas tres veces antes de que llegase al suelo, aunque no logré cogerla. Finalmente la rebanada cayó... contra todo pronóstico, boca arriba (!?).

¿Qué diablos había pasado? ¿Acaso había vencido a la Ley de Murphy?

No, por supuesto que no. Si bien la tostada quedó con el lado de la mantequilla hacia arriba, los intentos de agarrarla hicieron que pusiese perdido de mantequilla el suelo, el taburete de la cocina y lo que es peor: Mi camisa.

Moraleja: Si ves que la tostada se te escapa, déjala caer y no intentes agarrarla, porque el resultado podría ser peor, y entonces lo será.


Me gustaría aclarar que no es lo mismo desafiar que combatir la ley de Murphy.

Todo programador que se precie -entre otros diversos especímenes- sabe que esta ley se puede tratar de combatir mediante la anticipación.

Debemos prever cuándo va a pulsar el usuario la tecla que no debe (generalmente lo hará en todas y cada una de las ocasiones en que ello sea posible), y establecer mecanismos de seguridad para protegerle de sí mismo minimizando -en la medida en que se pueda- la catástrofe.

No quiero decir con esto que el usuario sea torpe... bueno, sí, para qué negarlo. Pero también que un programa informático no es un chupete, es algo más complejo, puede fallar y probablemente fallará. A veces la consecuencia es simplemente una llamada telefónica del cliente con un ataque de histeria que se arregla pulsando un par de teclas, pero otras veces es el ataque de histeria y además una buena razón para tenerlo.

Así es como se combate la ley de Murphy. Combatir algo no significa vencerlo, solo intentar disminuir el riesgo mediante la anticipación.

Lo que nunca, jamás, debes hacer es desafiar la ley de Murphy. Dada la naturaleza de dicha ley, las consecuencias serán desastrosas en un grado directamente proporcional a tu confianza en la idea de que puedes tener éxito.

P.D.: Esta historia sobre la tostada es real. Cualquier parecido con historias, eventos, desastres o tostadas ficticias es pura coincidencia. No se ha dañado a políticos ni a ningún otro animal durante la redacción de este post.